Zurriola
Este proyecto fue un desafío apasionante debido a la estructura original de la vivienda. Se trataba de una casa llena de pasillos y habitaciones, y pese a situarse frente a la playa, era muy oscura. Fue una obra integral donde se apostó por un espacio diáfano, donde la luz que entra por todas las ventanas exteriores penetrara en toda la vivienda.
El sueño de los propietarios era sentirse en un hotel estando en su propia casa. Para cumplirlo, dividimos la casa en dos zonas: el espacio de día y el de la noche, que se pueden separar gracias a una gran puerta corredera de madera que yo misma diseñé. Aprovechando las grandes dimensiones de la casa, utilizamos un suelo de madera de roble con listones anchos y muy largos. La mayoría de los muebles son piezas vintage originales de los años 50 que compramos en Berlín y las sillas del comedor son de estilo danés.







