Casa Errenteria

La propietaria es una chica joven que entró en este piso viejo sin mucho presupuesto para amueblarlo. Me llamó para que le ayudara a darle un aire jovial y personal. Para ello, reformé la cocina y el baño y se tiró la pared que cerraba el salón para hacer un de él un espacio abierto. De esta manera, la casa se ve más amplia ya que la luz entra de un lado a otro de la vivienda. Esta casa es una clara prueba de que con un bajo presupuesto se puede conseguir una vivienda con carácter.

El suelo y las puertas eran antiguas y estaban algo deterioradas, por ello, le dimos una capa de barniz mate al suelo y pintamos las puertas de blanco. Sin cambiar el suelo y las puertas, conseguí que quedaran como nuevas. Para los muebles el presupuesto era limitado, por ello encontré piezas para reflejar la personalidad de la propietaria en Ikea y Emaus y las alfombras en un comercio de San Sebastián donde traen las alfombras desde Turkia e India.